Cuando comes un tomate 🍅 o un kiwi 🥝, ¿cómo los distingues si solo existen 5 sabores reconocidos? 🤔
La respuesta te va a volar la cabeza: en realidad, olemos más de lo que saboreamos.
Cuando comes, los aromas viajan por la garganta hasta el olfato y es ahí donde el cerebro interpreta los sabores. Por eso, cuando decimos que algo sabe a tomate, en realidad deberíamos decir que huele a tomate. 😳
Y con las especias 🌿 esto es aún más brutal, porque son las partes más aromáticas de las plantas. El clavo, por ejemplo, tiene un 20% de aceite esencial. ¡Con una pizca, su aroma lo inunda todo!
💨 ¿Y sabes cuántos olores puede distinguir nuestro olfato?
No son 100, ni 1.000… ¡Podemos detectar más de 1 billón de olores diferentes! 🤯
Esto explica por qué cuando estás resfriado 🤧 y pierdes el olfato, la comida te sabe a nada. No es que pierdas el gusto, es que sin olfato, NO HAY SABOR.
🔥 Ahora dime, ¿alguna vez te ha pasado? Cuéntamelo en los comentarios. 👇
📌 Guarda este post para recordarlo la próxima vez que pienses que algo «sabe raro». 😏
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