Todo sobre la canela

Dulce / Aromática / Cálida

Hoy vamos a hablar de la canela, también llamada canela verdadera y cuyo nombre científico es Cinnamomum verum o Cinnamomum zeylanicum. Se obtiene de la corteza interior de los tallos jóvenes del canelo de Ceilán, que es un pequeño árbol de la familia del laurel que crece en bosques tropicales húmedos. Es originario de Sri Lanka, antigua Ceilán, y actualmente también se cultiva en Myanmar, Vietnam, Indonesia y en las islas Seychelles.

El árbol del canelo se corta cuando tiene entre 18 y 24 meses y el tocón se cubre para que crezca en forma de arbusto. Las capas de la corteza interna se dejan secar al sol y luego se cortan en tiras y enrollan de forma manual en forma de pequeños tubos, que se clasifican y por último se cortan. De aquí procede el nombre de ‘canela’, que significa pequeña caña.

La canela en sí no tiene sabor dulce, pero potencia la percepción del dulzor de otros ingredientes debido a que el compuesto principal de la canela, el cinamaldehído, estimula los sensores gustativos del dulce y además produce sensación de ardor al activar los receptores de la temperatura de la lengua.

A la hora de llevar la canela a la cocina, es importante conocer algunas sugerencias antes.

Por ejemplo, el compuesto aromático principal de la canela (cinamaldehído) es insolube en agua, por lo que para extraerlo es necesario cocinarla con alguna grasa o alcohol. Además, los componentes gustativos de la canela tardan en abandonar su matriz leñosa, por lo tanto es recomendable añadirla al principio de la cocción. Al añadirla al principio se evaporarán sus aceites volátiles, por lo que si quieres que permanezcan puedes cocinar la comida con una tapadera o añadir al final de la cocción un poco de canela en polvo directamente sobre el plato.

Aunque es ampliamente conocida por todos, y rápidamente se nos vienen a la cabeza varias recetas que emplean canela (un arroz con leche, por ejemplo), la canela tiene muchos más usos en la cocina de los que podemos pensar en un primer momento.

Podemos espolvorearla sobre la fruta fresca, asada, en compota o en mermeladas. Queda especialmente bien con las manzanas, melocotones, higos, peras, ciruelas, cerezas… En caso de tomarlas asadas, mezcla la canela con mantequilla o miel y úntala en la fruta antes de introducirla en el horno.

Por supuesto podemos añadir la canela a cualquier receta dulce o de repostería: bollitos, bizcochos, magdalenas, porridge o avena fría, natillas, arroz con leche, chocolate, yogures, batidos, tartas, pasteles, galletas, helados, tortitas… ¡O en unas buenas tostadas francesas como las que preparamos el otro día! Podéis ver el vídeo de la receta aquí abajo.

También podemos tomar la canela en infusión junto con el té, el café o bebida vegetal. O usarla para aromatizar el vino especiado caliente que se toma en el norte de Europa en los fríos días de inviernos.

Incluso podemos darle muchos usos en recetas saladas, algo a lo que no estamos muy acostumbrados pero que tiene gran tradición en otros países como la India. Añadir un poco de canela a las salsas de tomate, por ejemplo, ayuda a contrarrestrar la acidez del propio tomate. O podemos añadir una ramita de canela a los estofados y caldos de carnes rojas, no te puedes imaginar lo bien que le sienta hasta que lo pruebas…

Además de por su increíble sabor, la canela tiene muchísimas propiedades terapéuticas por las que es recomendable incluirla en nuestra dieta diaria.

La más importante y conocida es su capacidad de reducir el nivel de azúcar en sangre, que junto con la capacidad de mejorar la efectividad de la insulina la convierte en una especia antidiabética. Se ha comprobado que tomando entre 1 y 6 gramos de canela de Ceylán al día durante 40 días se reduce considerablemte los niveles de azúcar, la tensión, la grasa corporal, el colesterol y los triglicéridos. Por lo tanto es recomendable en los casos de sobrepeso y diabetes tipo II.

También, la canela es un poderoso antioxidante, y por lo tanto se puede utilizar para prolongar la vida de los alimentos de forma natural.

Además, tiene propiedades antibióticas y un alto poder bactericida y antifúngico, que es útil para impedir esa degradación de los alimentos y además para evitar infecciones. Esto último es especialmente útil contra las infecciones producidas por el hongo Candida albicans (que ha demostrado ser resistente a los antibióticos), o también en enfermedades infecciosas respiratorias.

¡Este efecto antifúngico también es efectivo en las plantas! Prueba a añadir una vez al mes un poco de canela molida en la tierra de tus plantas o en las partes donde puedan aparecer hongos para evitar que proliferen. Os contamos un poco más sobre este efecto en el siguiente vídeo.

La canela también acelera el proceso de cicatrización de las heridas, pero consumida por vía oral y no aplicada directamente sobre ellas.

Estudios realizados con mujeres han demostrado que tomar 1 gramo de canela al día durante 8 semanas mejora los síntomas derivados de los quistes ováricos, que producen alteraciones de la piel como acné o dermatitis, sobrepeso e irregularidad menstrual.

Otro efecto muy interesante de la canela es que es capaz de mejorar el rendimiento académico según un estudio realizado. Mejora la memoria, la concentración, los reflejos y la agilidad a la hora de responder a las preguntas, y además ayuda a reducir el estrés asociado a los exámenes.

Pero cuando nos disponemos a comprar canela, ¿cómo podemos estar seguros de que estamos comprando canela y no casia?

Aquí en España se llama ‘canela’ a ambas variedades, pero en otros países como en Gran Bretaña o Australia es ilegal referirse a la casia como canela.

Lo primero para comprobarlo es fijarnos en el nombre científico que debe aparecer en la ficha técnica del producto: la canela podemos encontrarla como cinnamomum verum o cinnamomum zeylanicum, y la casia aparecerá como cinnamomum cassia o cinnamomun obtusifolium.

Si el producto se encuentra en rama, podemos averiguar más fácilmente qué tipo de canela es. Las ramas de casia suelen ser más grandes, rugosas, gruesas y tienen un color marrón rojizo más oscuro. La canela por su parte es más frágil, se rompe con facilidad y su color es marrón clarito.

Con respecto al sabor y al aroma, ambas comparten el mismo compuesto principal, el cinamaldehído, pero la casia no tiene los matices cítricos ni florales de la canela, por lo tanto es menos sutil pero más dulce e intensa. Por esto la casia es más apropiada para los platos salados y la canela para los dulces, aunque ambas se pueden usar indistintamente para ambos platos.

Es importante saber qué producto estamos consumiendo, ya que la casia contiene cumarina, un fenol que no está presente en la canela y que tomado en exceso puede dañar el hígado.

Por último, vamos a ver los compuestos aromáticos que contiene la canela y con qué especias podemos combinarla. Como hemos mencionado anteriormente, el compuesto principal presente en la canela es el cinamaldehído, pero en ella también podemos encontrar otros.

En el siguiente cuadro podéis ver los compuestos aromáticos presentes en la canela y que comparte con otras especias:

Atendiendo a este cuadro, podemos decir que las especias que mejor combinan con la canela son el clavo de olor, la pimienta de Jamaica y la hierba limón, con las que tiene en común 3 compuestos aromáticos.

Para terminar, os dejamos con una curiosidad que nos ha encantado. En la antigüedad, para justificar el elevado precio que tenía la canela, los comerciantes árabes contaban que la obtenían de unos nidos de unas aves gigantes, que estaban en la cima de unos acantilados y para disuadir a las aves tenían que tentarlas con carne.

Fuentes: Libros sobre especias que consulto para mis publicaciones.

¿Sueles utilizar canela en tus recetas? ¿Conocías todos estos datos sobre ella? ¡Cuéntanoslo en comentarios y por Instagram! ❤️