Con ustedes: el zumaque.
En Medio Oriente, no se entiende una ensalada fattoush o un musakhan sin él. Pero en el resto del mundo… casi nadie lo conoce.
El zumaque (sumac) es una fruta roja que se seca y se muele hasta convertirse en una especia de color intenso y sabor ácido. No es cítrico, pero da ese golpe de acidez que despierta cualquier plato. Y atención a esto: ¡Tiene hasta 3 veces más antioxidantes que los arándanos!
Su sabor es terroso, vibrante, ligeramente afrutado y ácido, como si el limón y la granada se pusieran de acuerdo. Ideal para ensaladas, carnes, hummus, marinadas, arroces, pescados… Y si lo mezclas con yogur, tienes una salsa que levanta cualquier receta.
En la medicina tradicional, se ha usado para:
- Regular la glucosa
- Mejorar la digestión
- Combatir la inflamación
¿Lo mejor? Está empezando a conquistar las cocinas creativas del mundo. ¿Te animas a probarlo?
¿Ya lo conocías? ¿En qué lo usarías tú? Te leo.
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